La alegría en el contentamiento


1Tim 6:6  Pero la piedad es un medio de gran ganancia cuando acompañada de contentamiento.

El contentamiento no es una palabra agradable, sin embargo, en un mundo consumista, codicioso y ambicioso, ella surge como un faro en medio de las tinieblas.

Pablo le dice a Timoteo que hay dos virtudes que deben caminar juntas: la piedad y el contentamiento. Porque podemos ser piadosos, pero sin mostrar contentamiento (lo que nos colocaría en el bando de los hipócritas), o estar contentos sem practicar la piedad (lo que nos lleva al moralismo). 

La piedad me llama a la devoción, a la reverencia y amor a Dios, creando en mí un corazón que reconoce que toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo Alto, del Padre de las luces. La virtud piadosa me lleva  reconocer la Soberanía y el cuidado Fiel del Padre sobre mí, derramado por la gracia bendita del Señor, y no por causa de mis obras o aparente justicia.

El contentamiento me muestra que debo estar, no solo agradecido, sino satisfecho con lo que tengo. Lo que me da estabilidad, seguridad y gozo en medio de lo que para muchos puede ser carencia o ausencia de lujos. Sin embargo, el corazón del cristiano debería observar aquello que tiene, y ver cómo el Buen Pastor le ha dado todo lo que necesita (Sal 23).

El contexto de este verso es la advertencia del apóstol a su discípulo para que no ande pendiente de obtener ventajas fraudulentas, o vivir amando lo que el dinero puede ofrecer. Todo ello nace de un corazón que tiene una doctrina diferente de aquella que está en las Escrituras, o que distorciona las enseñanzas de la Biblia para su propio beneficio (1 Tim 6.2-19). Para Pablo, la piedad es alcanzada por la fe en Cristo, y un firme fundamento en las Escrituras (enseñanza, doctrina, tradición apostólica); y el contentamiento era la aplicación de la piedad: si Dios es el que da libremente a todos de acuerdo con Su Soberana Voluntad, pues debo estar feliz en mi condición, agradeciendo al Señor por su cuidado sobre mí.

Concluyo con el Padre-Nuestro.

Mat 6:11 Danos hoy el pan nuestro de cada día.

Jesús no nos enseñó a pedir por la provisión del año, del mes o la quincena. Su oración era para que pudiéramos vivir la realidad del día a día, sin afán, viviendo con la alegría de esperar en el Padre (Mt 6.19-34). La oración nos ayuda a soltar las cargas de ansiedad, al mismo tiempo que nos permite contemplar al Señor en fe y esperanza.

En este mundo caótico, elevemos nuestros ojos a lo Alto, de donde viene nuestro socorro. De Dios viene nuestra alegría, en Él estamos contentos. Como dice una música basada en el Salmo 23 del grupo Projeto Sola "Aquello que no poseo, es porque no lo necesito"

Que Dios nos ayude a vivir alegres y piadosos, contentos en Él.

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