¿Soy xenofóbico?


Creo que todos conseguimos separar el patriotismo de la xenofobia. Porque una cosa es amar al país por encima de todas las cosas, y otra el transformar la tierra en una fortaleza impenetrable para el que quiera establecerse legalmente en el país, viendo en él la oportunidad de recomenzar o de expandir sus negocios.

Confieso que la onda xenofóbica que asola a los venezolanos en el Perú me conmueve y me alerta. Me conmueve porque, al final, pagan todos juntos por pecadores, y eso está mal.

No voy a entrar en el juego de decir que "todos los peruanos son xenófobos". Conocí muchos peruanos en Venezuela, y puedo decir que son personas excelentes, amables, maravillosos. Así que, conmigo no cuenten con ese discurso. Tampoco con la retaliación de, caso el país mejore, aplicar un "ojo por ojo y diente por diente" de los que nos trataron mal, porque estaremos demostrando que somos iguales a ellos. Y nuestra historia de receptividad debe mantenerse.

Pero tenemos que denunciar los hechos, y al día de hoy nuestros compatriotas están siendo humillados, vejados y tratados como basura por una banda de desadaptados. Soy el primero en decir que los criminales sean puestos en prisión, sean de donde sean y llámense como se llamen, pero que no se diga "los venezolanos" al malhechor, porque el criminal no tiene nacionalidad, color de piel o credo.

Cuando lees o ves esas noticias, usando eses cualificativos denigrantes, ¿cómo te sientes? ¿crees que se merecen esos epítetos? ¿estás de acuerdo con que sean catalogados así? ¿deseas que todos los extranjeros se vayan de tu tierra, principalmente los venezolanos?

Pues, permítame decirte que eres candidato a ser catalogado de xenófobo. Y ruego a Dios - sinceramente - que nunca tengas que dejar tu tierra en emergencia, y que siempre te vaya bien en tu país. Y no, no estoy siendo irónico, porque si tienes que vivir cómo refugiado en otro país, sabrás que no es tan fácil como parece.

A mis compatriotas, les pido que sean más amables que antes, no generalicen ni entren en el juego de la provocación. Humildad antes que nada y cumplan la Ley. Si tienen que defenderse, que sean con argumentos y comportamientos, pero no les den ocasión a los xenófobos para justificar sus pensamientos. E integrense lo más que puedan a la cultura donde se encuentran, la contextualización es clave en el proceso de integración y evita situaciones como esta. Y si pueden mudarse, mejor, porque no tiene sentido vivir en otro país sufriendo penurias innecesarias.

Que Dios tenga misericordia de nuestros países, que una vez se llamaron de hermanos

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