¿QUÉ LES DIRÍA YO A LOS VENEZOLANOS EN EL EXTERIOR?


Como venezolano también, y con el corazón en la mano, les diría lo siguiente:
  1. Contrario a lo que algunos que nunca han vivido afuera dicen, no se envalentonen contra el opresor porque ustedes son minoría. La defensa de los derechos no se da pagando con la misma moneda, mas con humildad y usando los canales competentes para realizar la denuncia. Si todos lo hacen genera más presión.
  2. Contextualízate: esta parte me parece que es la más difícil, pero les digo que no hay nada de malo en adoptar los estilos, lenguaje, expresiones o el acento del lugar donde vives. Cuando estamos en el extranjero como turistas, mostramos a todo el mundo lo que somos: extranjeros; pero cuando vives en otro país TÚ eres el que tienes que acostumbrarte y adaptarte. ¿Mi consejo? Usa menos vestuario o accesorios "venezolanos" y sé más como ellos, sé amable con su cultura y adopta lo que es bueno. Verás cómo te enriqueces culturalmente, las personas admirarán tu esfuerzo y romperás la división.
  3. Haz amigos en el país donde estás: crear guetos o nichos culturales, donde sólo pueden entrar venezolanos, es una manera de alimentar el estereotipo negativo. Mezcla las amistades, únete con las personas del país donde estás, no para mostrar aspectos de tu cultura, sino para crear amistades. Que vean que quieres integrarte, ellos serán los primeros a defenderte si sufres xenofobia.
  4. No hables solo de Venezuela, ni les ofrezcas arepas todos los días: Busca temas de discusión pertinentes para ellos para que te sientas incluido. Eso incluye deporte, política, economía, asuntos del día a día. Sé un "ratón de biblioteca", porque eres tú el que debe aprender, y no ellos de ti. Yo estudié por más de tres meses sobre fútbol brasileño, jugadores y estadios históricos, y aspectos importantes para ellos para entrar en sus conversaciones; el esfuerzo valió la pena porque a nadie aquí le gusta el béisbol. Hacer arepas, cachapas, hallacas y otros platos venezolanos lo compartimos con personas muy próximas, después de generar la amistad y no antes.
  5. No tengas miedo de perder el acento: quien vive en países donde no se habla español tienen más chance de no perder el acento (aunque se pega un poco, como es nuestro caso). Pero una de las cosas que nos identifican como latinoamericanos son nuestros acentos, no podemos burlarnos de los acentos de nuestros amigos, ni decirles que están equivocados porque entienden o usan una palabra de una manera diferente. Estamos en el país de ellos, entonces tenemos que entender que es así que ellos se comunican, y nos toca aprender. Si vas perdiendo el acento quiere decir que te estás contextualizando, no te resistas aunque se burlen por teléfono. Tu adaptación te lo agradecerá.
  6. Ten tu rincón venezolano en casa, pero recuerda que no es un altar: podemos tener un lugar en casa donde tengamos la bandera extendida en la pared, fotos de familia y lugares en Venezuela que dejarían locos a cualquier agencia de turismo. Pero es tuyo, aunque se ve bien chévere a la hora de grabar videos de YouTube (y vale la pena dependiendo del asunto). Si alguien quiere saber algo de Venezuela, pues lo llevas allá, pero lo que no podemos hacer es crear un altar donde las personas tienen que postrarse, porque si no, no son tus amigos. Cuidado, nuestro nicho puede ser perjudicial si es malentendido.
  7. Quien vive de historia es museo. Esa es una frase brasileña pertinente a todos nosotros. Olvidemos el pasado glorioso de la liberación de España, de la recepción de extranjeros en suelo patrio en los años posguerra o cuando hubo conflictos armados en nuestros países hermanos. El presente es muy diferente, las circunstancias son otras y no le debemos - ni nos deben - nada a nadie en términos de historia. Ese orgullo nos ha hecho mucho daño, es hora de bajar la cabeza y aceptar nuestra realidad. Si hoy los necesitamos, no podemos andar exigiendo nada porque somos venezolanos, eso debe acabar.
  8. Si eres orgulloso y arrogante, quédate en casa. A todos nos gusta la humildad, pero si andamos por ahí diciendo que somos los mejores en términos de preparación académica, modales y enseñanza en casa, te pregunto: ¿por qué llegamos a dónde estamos? Si somos tan vivos e inteligentes ¿por qué no resolvimos nuestro problema sin tener que salir como refugiados? Esa arrogancia no ayuda, porque no estamos en condiciones de exigir nada, pero lo que sí podemos es darle duro, trabajar con humildad y esfuerzo para ganarnos el pan y buscar un futuro mejor en una tierra distante. Todos los países tienen sus conflictos internos, y esos deben ser respetados. Muchos venezolanos han obtenido destaque gracias a la humildad y esfuerzo, nadie gana nada exigiendo. Seamos humildes.
Si crees que es exagerado, quiero que pienses en los extranjeros que fueron nuestros amigos en Venezuela. Nosotros nos burlábamos de su acento, de sus ropas y costumbres (porque sí nos burlábamos, ¿o es que éramos tan perfectos?) pero nunca lo hacíamos frente a ellos, sino en casa o en su ausencia, aunque siempre nuestros padres nos corregían y nos enseñaban a aceptar las diferencias.

Con el tiempo ellos comenzaron a decir "cónchale vale", "náguará", "vale" y frases bien venezolanas, comían arepas en el desayuno, comían hallacas en diciembre y le iban a los Tigres de Aragua (y al Colo-colo de Chile, al Atlético Nacional, al Deportivo Cali y así por delante). Ellos se contextualizaron al punto de parecer bien venezolanos. Y eso nos llenaba de orgullo, y todavía ellos se sienten venezolanos. No solo porque los recibimos bien, sino porque se contextualizaron y adoptaron nuestra cultura como si fuera de ellos.

¿Por qué no podemos hacer lo mismo? ¿Nos sentimos superiores? ¿Eso no es, al día de hoy, nuestra peor contradicción? ¿Cuándo dejaremos la arrogancia, y de llenarnos la boca por Simón Bolívar? ¿Qué hemos alcanzado como país en estos 20 años?

Si llegaste hasta aquí, te tengo un texto bíblico de una carta que Jeremías les escribió a los exiliados israelitas en Babilonia, y esto vale para nosotros los que vivimos afuera de nuestro país.
Jeremías 29:4-7  Así dice el SEÑOR de los ejércitos, el Dios de Israel, a todos los desterrados que envié al destierro de Jerusalén a Babilonia:  (5)  "Edificad casas y habitadlas, plantad huertos y comed su fruto.  (6)  "Tomad mujeres y engendrad hijos e hijas, tomad mujeres para vuestros hijos y dad vuestras hijas a maridos para que den a luz hijos e hijas, y multiplicaos allí y no disminuyáis.  (7)  "Y buscad el bienestar de la ciudad adonde os he desterrado, y rogad al SEÑOR por ella; porque en su bienestar tendréis bienestar."
Que Dios te bendiga

Comentarios