¿Por qué no podemos ignorar la exposición del Evangelio?


El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán. Mateo 24:35
Pasa el tiempo y el Evangelio continua igual. Las personas intentan despreciarlo, ridicularizarlo o decretar su muerte por desactualizado, pero permanece inmutable porque es eterno, vino de la boca del propio Señor.

Las palabras de Jesús crean la mayor confrontación de la historia, porque la interpretación de las Escrituras gira en torno de él. Él es el eje del mensaje que recorre las hojas y letras de nuestras Biblias, Cristo es la esencia del cristianismo, la razón por la cual nos llamamos "cristianos" y, por último, el Salvador del mundo.

Tenemos la tendencia de usar solo el mensaje de Jesús en el evangelizmo, reservando las enseñanzas epistolares para la doctrina. Por lo que puedo ver en la Biblia, y en las palabras do propio Jesús, creo que el camino de la doctrina debe ser al revés: debemos partir de las palabra de Jesús para los apóstoles, porque ese es el orden dado por el propio Jesús.
Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo. Mateo 28:19,20
Jesús ordenó a sus discípulos enseñar a obedecer todo lo que Él les ordenó. Nuestra doctrina debe partir del propio Jesús, y en función de ello crear una teologia que abarque el Antiguo y el Nuevo Testamento, teniendo al Mesias como centro.

Y claro, mantener la centralidad de Cristo en el evangelizmo, porque Él es nuestro Salvador.

El Evangelio testifica de Cristo, lo presenta como el Señor, el Salvador y Cordero de Dios que vino para salvar al mundo (Mateo 1.21; Juan 1.29), vino para dar la verdadera interpretación de la Ley  de las Escrituras (Mateo 5-7), nos muestra la gracia y la verdad (Juan 1.14) y nos muestra quién es el Padre (Juan 14.8-11). Jesús es el único que necesitamos para ser salvos, no hay otro (Juan 14.6) porque, además de ser el Cordero del sacrificio, Él es tambien el Sumo Sacerdote que intercede por nosotros (Juan 17).

La enseñanza doctrinaria nace en Jesús, y debemos ir hacia Él para que seamos libres de las falsas enseãnzas y falsos profetas. Eso es posible por la exposición fiel del Evangelio, centrando en nuestros púlpitos y mensajes la persona de Jesús. La exposición evita las ideas y mandamientos humanos porque la propia Escritura se interpreta a sí misma y tenemos la seguridad que Dios nos está guiando en el proceso de estudio y exposición.

Debemos mantener la centralidad de Cristo en nuestro púlpito, que Él sea exaltado y predicado siempre. Mostrar que Jesús es la esencia de vida, del Evangelio, de la gracia, del perdón. Él es suficiente y poderoso para salvar cualquier pecador que se aproxima a Su presencia con fe y arrepentimiento, Él es quien puede sanar los corazones quebrantados, cambiar nuestra existencia, responder nuestras oraciones; y por encima de todo, llamarnos de hermanos, adoptándonos como hijos al Padre, para que tengamos una comunión eterna, un destino, un hogar que podamos llamar nuestro en la eternidad.

No perdamos nuestro enfoque, prediquemos a Cristo de una forma expositiva, sin dejar ninguna de sus palaras afuera, siendo fieles a su mensaje. Y ciertamente Dios bendecirá nuestras vidas por la transformación de Su Espíritu en nosotros, y vidas se rendirán a Cristo.
Y día tras día, en el templo y de casa en casa, no dejaban de enseñar y anunciar las buenas nuevas de que Jesús es el Mesías. Hechos 5:42

Comentarios