Septiembre amarillo


Yo no sé si todos han sufrido depresión en algún momento de sus vidas. Bien sea por cansancio fisico o emocional, por problemas hormonales o situaciones profundas que afectan el ánimo, el alma y la perspectiva de la vida. La depresión es algo serio y nunca debe ser pasado por alto, y mucho menos menospreciada o ridiculizada.

En la última semana supe de una venezolana que se suicidó yendo hacia el Ecuador, porque supo que le iban a solicitar la visa. Las causas que le llevaron a tomar esa decisión pueden ser varias, pero las verdaderas razones esa muchacha se las llevó consigo, lo que quiere decir que nunca tendremos todas las cartas sobre la mesa.

También un colega, pastor de una mega iglesia en los Estados Unidos, cometió suicidio porque no supo lidiar con su depresión, tenía 30 años, y deja una esposa y dos hijos pequeños, que crecerán sin padre y con las interrogantes del por qué Dios permitió semejante tragedia.

Se afirma que no todos los suicidas quieren morir, el problema es que lo sabemos tarde y todos los "y si.." aparecen después de la tragedia. En algunos casos las personas emiten señales que demuestran que la cosa no anda bien, pero creemos que son aspectos circunstanciales y no le damos la mayor importancia.

Creo que hoy, más que nunca, necesitamos de verdaderos amigos. No los que están solamente en las Redes Sociales con sus "likes", "clicks" y comentarios; necesitamos personas que estén a nuestro lado, que anden la segunda milla, que extiendan sus brazos de apoyo y que juntos caminemos para que sirvamos de apoyo mutuo.

La Biblia enfatiza mucho la frase "unos a los otros" para que sepamos que no debemos estar solos. El versículo "soportarse con paciencia el uno al otro" no es aguantar las burlas del otro, es ser un apoyo firme para que mi hermano pueda crecer, es la idea de una fundación estructural donde mi hermano se puede apoyar, porque yo transmito su carga hacia Cristo. Oramos unos por los otros porque así compartimos el peso del dolor y las ansiedades. Nos exhortamos unos a los otros porque así nos animamos y consolamos. Nos corregimos unos a los otros porque no somos perfectos, pero nos afilamos mutuamente así como el hierro se afila con hierro.

Si te sientes solo, busca ayuda porque nunca es tarde. No andes con la multitud, sino búscate a un hombre amigo en el que te puedas apoyar. Ora, y lanza sobre el Señor el peso de tu conciencia, tus ansiedades y miedos. Busca terapia para ayudarte a canalizar tus emociones. Haz todo lo posible, porque hay personas que se preocupan por tí y te aman.

Y hay un Dios que desea salvarte.

Si sabes de alguien que está en problemas, no lo dejes solo. Búscalo y sé su apoyo firme. Antes de hablar cualquier cosa, escúchalo, porque a veces lo mejor que puede hacer un amigo es acompañar en silencio el dolor del otro.

Que Dios nos permita ser instrumentos de ayuda para otros. Que podamos salvar vidas de cometer algo que posiblemente no quieran, pero que no ven otra salida.

Que Dios te bendiga

Comentarios