Isaías escribió que Él no andaria creando espectáculos, ni levantando una revolución contra el mundo de una forma abierta. Jesús no se expresó contra el Imperio Romano, y llamó "zorra" a Herodes, pero nunca lo confrontó directamente. Jesús tuvo un zelote (revolucionario) dentro de su círculo de discípulos, y en ningún momento lo vemos intentando conciliar las distintas posturas políticas de sus futuros apóstoles.
Cuando las multitudes vieron en Jesús la posibilidad de tener un gobierno asistencialista, que podía suministrar pan gratuitamente como recompensa por seguirlo, todos lo eligieron como rei. El Maestro pudo contemplar la posibilidad de tener más de 5.000 fieles inmediatos, listos para ir con Él hasta el fn con tal que fueran mantenidos gratuitamente. Jesús simplemente los abandonó, y cuando ellos lo encontraron buscando más asistencialismo se encontraron con uno de los discursos más duros del Mesias, al punto de quedar solamente con los 12, a los cuales también los mostró la puerta de salida si pensaban desistir.
Jesús no lutó por las minorias, aunque no desestimó sus críticas a la clase dominante. El Evangelio de Cristo no fue inclusivo, al contrario, fue exclusivista y cerrado: para entrar en el Reino de Dios había que creer en Él, lo que era igual a negarse a si mismo, renunciar a todo lo que poseía; dejar padre, madre, familia, empleos, negocios o cualquier cosa que esté por encima de él. Rescató a una mujer adúltera, pero le dijo que no debía seguir pecando; al enfermo en Betesda le advirtió que no pecara más, porque le podría venir algo peor; llamó a Pedro y a Judas de Satanás y diablo respectivamente. Y fue claro al decir que seguirlo tendría como consecuencia el odio del mundo, aqui incluyendo las minorias y las mayorias, porque el Evangelio converge al mundo en una nueva comunidad, donde Jesús y no mis ideas y conceptos, gobiernan.
No veo en el Evangelio de Cristo un camino de rosas. Al contrario, hay un sufrimiento como resultado de una vida que lucha contra sus pecados, y que anda contracorriente para mostrar que el camino correcto está al otro lado, aunque en el intento pueda morir aplastado por la multitud.
Así que no acepto al Evangelio moderno, donde Jesús y el Padre aceptan los berrinches y niñerías de las personas, donde amar no es igual a corregir y disciplinar, donde los principios se relativizan para estar bien con todos. Me perdonen, pero no encuentro eso en los Evangelios, las Cartas y en la extensión de las Escrituras.
Y si pensamos en Jesús como un líder político, o al Evangelio como una reivindicación de clases o ser usado como bandera política, creo que el diálogo de Jesús con Pilatos debe aclarar mejor nuestros desvarios.
Juan 18.33-38 Pilato volvió a entrar en el palacio y llamó a Jesús. —¿Eres tú el rey de los judíos? —le preguntó. —¿Eso lo dices tú —le respondió Jesús—, o es que otros te han hablado de mí? —¿Acaso soy judío? —replicó Pilato—. Han sido tu propio pueblo y los jefes de los sacerdotes los que te entregaron a mí. ¿Qué has hecho? —Mi reino no es de este mundo —contestó Jesús—. Si lo fuera, mis propios guardias pelearían para impedir que los judíos me arrestaran. Pero mi reino no es de este mundo. —¡Así que eres rey! —le dijo Pilato. —Eres tú quien dice que soy rey. Yo para esto nací, y para esto vine al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que está de parte de la verdad escucha mi voz. —¿Y qué es la verdad? —preguntó Pilato.El Reino de Jesús NO ES DE ESTE MUNDO. Voy a repetirlo una vez más NO ES DE ESTE MUNDO.
Acepte la verdad del Evangelio de Cristo, lo demás es vana filosofia sutilezas de este mundo. Y no es coincidencia que fue eso que Pablo le dijo a Timoteo que sucederia al final de los tiempos.
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