Lei esta mañana una noticia que me estremeció: el aumento de los linchamientos en las calles.
Aunque siempre fuimos catalogados como un país pacífico y acogedor, hoy Caracas es la ciudad más violenta del mundo. Y los casos de ajusticiamiento aumentan con el pasar de los días.
El caso del chef que fue quemado en Los Ruices debe llamar nuestra atención. El miedo que las personas deben tener al andar en la calle me asusta: si alguien te confunde con un ladrón y se dá el grito de guerra, ¿Quién te va a defender?
¿Y si un antiguo enemigo te ve en la calle y se quiere vengar de ti?
¿Y si eres tú el que quieres saldar una cuenta con alguien?
¿Quién controla la violencia de las calles? ¿Cómo sabemos si la justicia está siendo efectivamente cumplida?
El problema del linchamiento es que acabaremos como en las peliculas del Salvaje Oeste, esas de Yul Brynner, Clint Eastwood y John Wayne, donde la Ley de la Bala mandaba por encima del sistema de justicia.
Y no sé si también la podemos comparar al período del Terror de la Revolución Francesa, donde todos los sospechosos eran pasados por la guillotina en haras de mantener la paz de Francia. Lo más paradójico de todo es que el líder del movimiento también pasó por la guillotina.
Sé que no es fácil ver una solución a corto plazo, y no estoy en mi país para sentir lo que mis compatriotas sienten.
Pero al leer los casos de linchamiento, y como van creciendo con el paso del tiempo, siento una mezcla de preocupación y miedo.
Por un lado, me preocupa el ambiente de violencia al que vamos llegando, y creo que si siguen repitiendose los casos, veremos situaciones peores.
Por otro lado, tengo miedo que nos convirtamos en una sociedad desenfrenada, donde no exista respeto por nada o por nadie. Perdiendo lo poco que queda de nuestra humanidad por querer resolver los problemas del país por medio de la aniquilación. Y tengo miedo que alguien que conozca sea víctima de un linchamiento equivocado, porque puede pasar.
Desearia que la justicia actuase, que el Estado de Derecho prevaleciese en estos casos. Pero me parece que la situación se está escapando de las manos a todos nosotros.
Pero de algo tenemos que aferrarnos, y para mi es simple: hay que frenar la violencia.
Para concluir, veamos estos textos que están en la Biblia, y meditemos en ellos:
""Así dice el SEÑOR: 'Practicad el derecho y la justicia, y librad al despojado de manos de su opresor. Tampoco maltratéis ni hagáis violencia al extranjero, al huérfano o a la viuda, ni derraméis sangre inocente en este lugar. " (Jeremias 22:3)
"El te ha declarado, oh hombre, lo que es bueno. ¿Y qué es lo que demanda el SEÑOR de ti, sino sólo practicar la justicia, amar la misericordia, y andar humildemente con tu Dios?" (Miquéias 6:8)
Que Dios bendiga a Venezuela.
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