¿Por qué creo que debemos orar por nuestro país?


Vivimos en una sociedad que ha aprendido a depender de sí misma, lo que la ha alejado de todo aquello que tiene que ver con Dios, o la Biblia. Por ello, cuando Nicolás Maduro usó la frase "Dios proveerá" en su discurso en la Asamblea Nacional de Venezuela, tuvo una gran repercusión.

No vamos a entrar en detalles en cuanto al uso de la palabra, y las consecuencias de sus acciones (ya muchos han escrito sobre ello), lo que quiero es resaltar la idea que tenemos de no proferir palabras o acciones que remitan al Creador en medios "seculares" u "objetivos" porque la fe es algo privado, que no debe mezclarse con nada que no pertenezca a las esferas religiosas y litúrgicas de la vida.

Y eso lo hemos creído con tanta fuerza, que incluso los mismos cristianos, llamados "pueblo del Dios Vivo" lo afirman con sus acciones.

Vemos cristianos que hacen proselitismo político intenso usan el nombre de Dios para justificar su fanatismo - porque ser partidario de alguna tendencia política es una cosa, ahora, ser fanático... - colocando a Dios como si Él tuviera un partido o sistema político. Parece que les gusta jugar al Soberano, e intentar controlar al Creador para que "bendiga" su facción, y así, ganar a la masa de cristianos.

Si tenemos criterio, y una lectura correcta de la Biblia, entendemos que ella no se pronuncia  favor de partidos o facciones políticas, al contrario, ella nos exhorta a recordarle a los políticos de turno sus funciones de elaboración, cumplimiento y seguimiento de la justicia y el orden, basados en el temor de Dios y el cumplimiento de Su Ley, de la cual pueden establecerse las Leyes humanas. Los profetas del Señor funcionaron como oposición sensata a los gobernantes y poderes constituidos en la Escritura: les mostraban sus pecados, las consecuencias de los mismos, y las medidas a tomar para que todo fuera del agrado del Señor Dios.

Hoy, que vemos corrupción, desastre económico, rumores de desestabilidad en varios países (no solo Venezuela) tenemos que dejar de pensar en soluciones políticas, porque los políticos son seres humanos limitados en primera instancia, y al mismo tiempo son el reflejo de la sociedad que vota en ellos en segundo lugar. No sirve de nada pedir la renuncia de éste o de otro si la realidad de la perspectiva del ciudadano de a pie con relación a su entorno no cambia, y eso no se resuelve con votos.

La realidad pasa por dejar de pensar en el "cuánto hay pá eso" y la trágicomedia de la viveza criolla, de nada va a servir que querramos que salga un ladrón para crear otro. No hay como soportar - dicen algunos - este gobierno corrupto, cuando muchos hacen fila para robar cuando les llegue la hora.

Que me perdonen mis amados compatriotas venezolanos, pero el inicio de la salida de la crisis venezolana no comienza con la salida de Maduro del poder - y eso va también para los panas brasileños que piensan que salir de Dilma va a encauzar el barco económico del país - la realidad nos debe llevar a pensar en una mentalidad del ciudadano.

Debemos preguntarnos en las causas que han llevado a millones a votar por incompetentes y corruptos en todos estos años, y por qué somos tan propensos a aceptar migajas por votos. Comenzar a evaluar en las razones que llevan a muchos a vender sus principios por dinero, o a querer vivir en guerra contra su propia familia por causa de facciones políticas. Meditemos por qué aplaudimos al corrupto que soborna al oficial para que no lo multe por cometer una infracción, pero queremos ser implacables contra aquel que desfalca al país.

¿Por qué queremos que cambien los políticos, cuando nosotros mismos somos tan corruptos como ellos?

¿Por qué anhelamos un cambio, si lo que reclamamos es que perdimos la porción del pastel que no le corresponde a nadie?

¿Por qué querer cambiar las cúpulas, si los mismos actores van a saltar la talanquera, y serán votados por sus antiguos adversarios? De casos como esos, la historia está llena.

Yo sigo creyendo que el cambio de un país va a suceder cuando reconozcamos que en los Cielos Dios gobierna con Poder y Gloria, y que como sus criaturas debemos buscarle con temor y temblor de acuerdo a como está escrito en Su Palabra. De la misma forma, creo que un corazón que teme al Señor, buscará en Cristo el perdón de sus pecados y la salvación de su alma de la ira divina.

¿Cómo un encuentro con Dios puede cambiar una nación?

Sencillo, por causa  de la misericordia de Dios sobre su vida, esa persona podrá amar a los otros, y realizar acciones que involucren la mejora de la sociedad: es la implementación de los valores del Reino de Dios en la sociedad. Sus palabras y acciones serán el reflejo del pensamiento de Dios sobre la vida de los hombres: apuntando al pecado y sus problemas, y mostrando la salida en Cristo.

El temor de Dios hace que las personas amen la justicia, y aborrezcan la injusticia. Con una sociedad practicante de la justicia y las buenas obras, las personas con vocación de servicio serán llamadas a participar de la política, y sus decisiones serán para el beneficio de aquellos que votaron por él - y por los que no votaron - porque el fin es el progreso de la nación. Habrá una rendición de cuentas de acuerdo con la transparencia e idoneidad propia del carácter de la persona, y los beneficios serán vistos por todos,

Ahí se cumprirán las palabras de David: "Bienaventurada la nación cuyo Dios es el Señor".

Por que eso aún no llegó, oro a Dios para que nuestros gobernantes sean hombres y mujeres que vivan en el Temor del Señor, Y que eso sea para todos nosotros.

¡Qué nuestras naciones sean verdaderas naciones que tengan como Dios nuestro Señor!

Comentarios