Cristianismo y política, ¿será que cuadra?

Somos venezolanos, y al mismo tiempo somos cristianos. Ciudadanos del mundo, y ciudadanos del cielo. Ahora que estamos listos para un nuevo período electoral vemos mensajes de personas a favor y en contra de política. Y surge la duda: ¿cómo cristianos podemos tener postura política? ¿un cristiano puede ser de derecha o izquierda? ¿Gobierno u oposición?.
Confieso que esto es un tema apasionante, y que va a crear mucha polémica, sin embargo, considero escribir esto para dejar clara mi tesis sobre esto, a fin de no ser catalogado de activista político, ni mucho menos de alienado.
Como personas no sufrimos de un dicotomismo cristiano/humano, en realidad todo forma parte del ser. Un cristiano, con sus responsabilidades delante de Dios, una misión y una vida abundante producto de una relación personal e íntima con Jesús, no está alienado de la realidad de su mundo, al cual debe afectar con la Palabra de Dios y con obras que demuestren el amor de Dios y al prójimo.
Eso nos lleva también al hecho que, cada cristiano es un crítico de la sociedad en la cual vive: debe luchar para que la opresión sea eliminada de la sociedad, las injusticias sociales, denunciar la impunidad y la perversión del Estado de Derecho, al mismo tiempo que mostrar el camino de Dios, y el arrepentimiento de los pecados (personales y sociales) a todo aquel que tenga la oportunidad de compartir la Buena Noticia que es el Evangelio de Jesús Cristo.
¿Les parece extraño? Lean el Antiguo Testamento y los mensajes de Juan el Bautista y comprobarán que todo eso es hablado allí. Y si alguien llegara a pensar que eso era para la Ley es porque nunca leyó Santiago ni las cartas de Juan.
Por eso muchos cristianos se encausaron en causas políticas, a riesgo de perder su credibilidad, reputación, y ser catalogados de activistas políticos: luchar por los derechos de los desposeidos, los marginalizados, y ofrecer alternativas de desarrollo y crecimiento debe ser parte de la participación de la Iglesia en la sociedad, de una forma responsable, clara y sin matices de partidocracia.
Ahí es donde viene la parte más candente: ¿debe el cristiano ser parte de un partido político? ¿hacer campaña por uno u otro candidato?
Creo que, por la libertad de pensamiento que tenemos, no hay como negar el derecho a las personas de manifestarse publicamente a favor o en contra de cualquier proyecto político. Además, con la idea de separación Estado-Iglesia se evita que una determinada denominación o iglesia se vea comprometida con la posición de alguien, no importa su grado de influencia.
Sin embargo, no podemos ser ciegos a lo que vemos.
Lo que vemos hoy es el seguimiento ciego de algunos a ciertos proyectos políticos, como si ahi estuviera la solución de los problemas que aqueja a la sociedad. Excluyendo a los otros, y fomentando la división que y está muy pronunciada en nuestra amada nación. Como cristianos tenemos que entender que lo que vemos con nuestros ojos es el reflejo de la situación espiritual de la nación: la corrupción no se vence en discusiones de calle, se vence cuando cada uno de nosotros hacemos lo correcto, y cobramos el justo valor de nuestros servicios. La impunidad es derrotada cuando a lo bueno le decimos bueno, y a lo malo malo en nuestras casas. El clasismo se acaba cuando enseñamos a nuestros hijos a jugar con el hijo del vecino que gana menos que yo, y a regalar lo que ya no usamos y está en buen estado. En el momento que comenzamos a ser sal y luz vencemos las tinieblas y detenemos el apodrecimiento de la sociedad. Eso no lo resuelve el Presidente de turno, eso lo resolvemos nosotros.
Pero manifestarse es parte del jugo democrático, sé mi posición política y no me escondo, y no uso la Biblia para defender mi postura. Por otro lado, cuando tengo que condenar algo sí uso la Palabra de Dios, porque es la Norma para juzgar correctamente. Si hay que decir algo que está más allá de mi preferencia hablo con la Biblia en mano, ¿Por qué? porque considero que ninguno de los aspirantes serán lo suficientemente perfectos como para no equivocarse.
Considero que, por la naturaleza de nuestra misión, el cristiano siempre estará en la bancada de la oposición, porque como profetas tenemos que mostrar al hombre sus errores y llamarlos a volver al Señor. Creo que siempre será así, porque nunca veo en la Bíblia a los profetas tomando partido del Rey - ni de aquellos que sirvieron al Señor.
Como venezolano deseo lo mejor para mi país, por amor a ella nunca callaré de denunciar lo que hay que denunciar, ni de alabar lo que debe ser enaltecido.
Gane quien gane el domingo, seguiré diciendo lo que digo, y mi análisis posterior lo demostrará.
¡Que Dios bendiga Venezuela!
Vote consciente, y oremos por los cambios que vendrán. Que nada ni nadie nos detenga.
Amén.

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