¿Potencial o Realidad?

Conocemos personas que son excepcionales; cuya creatividad, iniciativa y capacidad de respuesta, pueden dejarnos sin aliento. Nos sorprenden con sus análisis y deducciones, y creemos que estamos ante un diamante en bruto... sin embargo, algún tiempo después, nos damos que era todo lo contrario: un bruto en diamante.
¿Has conocido a alguien así? Seguramente sí, yo también. Son personas que tienen todas las condiciones tangibles e intangibles para ser exitosos y excelentes en todo lo que hacen, es como si sus dones tuvieran la bendición de la rapidez y sencillez. ¡Es justamente lo que me gustaria tener! Sin embargo, a la hora de desarrollar esa capacidad, el desánimo, la flojera, o cualquier otra cosa lo desestimula y no lo hace, o lo realiza de mala gana, o simplemente no le imprime la pasión que debería. Podemos decir que estamos delante de alguien que simplemente aceptó la idea de ser un prospecto.
En el deporte se usa el término prospecto para definir a aquellas personas que en un futuro cercano serán destacados en sus posiciones. Muchos de ellos entran en el ranking de los 50 mejores en sus posiciones para los próximos 5 o 10 años. Son considerados la futura élite del deporte. En el mundo empresarial son los jóvenes que hoy ejercen cierto grado de influencia, pero que más tarde dominarán el mundo de los negocios con sus ideas innovadoras. En las iglesias, son aquellos adolescentes y jóvenes que se destacan porque son buenos músicos, cantan bien, y siempre intervienen en las reuniones de la Juventud o son responsables en la Escuela Dominical; en la Escuela son aquellos que tienen el don de liderar, de ayudar a sus compañeros de clase, y siempre aparecen en el Cuadro de Honor al final del curso.
Sin embargo, no todos los prospectos logran sus objetivos. Son muchos los factores que los alejan de aquella forma excepcional, esa intuición, esa capacidad de análisis. Las causas pueden ser muchas: desde una situación traumática (pérdida de un ser querido, una lesión), uso de drogas, mala o ninguna asesoria, arrogancia, displicencia, desmotivación, o simplemente conformismo hacen que el prospecto sea un eterno candidato, y que en su epitafio sea descrito como alguien que "pudo llegar a ser y no fue".
Diferente es cuando el prospecto encamina sus esfuerzos a la realización de su potencial. Toma la excelencia como norte y se dirige a ser una feliz realidad. Algunos que han alcanzado el estatus de élite o de personas influyentes nunca fueron tomados en cuenta como prospectos. En el deporte hay infinidades de casos, al igual que en la política y en el mundo de los negocios: hombres y mujeres que no prestaron atención a aquelllos que los despreciaban o ridiculizaban, y continuaron firmes en sus objetivos, no importando el precio a ser pago.
Hoy vivimos en una sociedad inmediatista, donde los primeros resultados básicamente marcan la carrera de aquel que está comenzando. Sin embargo, perseverar siempre será la clave. No basta con ser considerado un prospecto, realizarse es la clave.
Pedro era un caso de discipulo con potencial: coraje e intrepidez eran su marca, siempre atento, dispuesto, y con una pregunta en los lábios, se destacaba de todos los otros por causa de su temperamento, y lo mejor, reconocía sus errores.
¿Impresionó al Maestro? Para nada.
Lo que Jesús le dijo a Pedro posiblemente lo dejó petrificado:
Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; mas yo he rogado por ti, para que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos. (Luc 22:31-32)
¿Pedro iba a fallar? Sí, pero también aconteceria una restauración de su vida. Después de esa caída - negar a Jesús públicamente - Pedro hizo algo mucho mejor que trabajar su potencial por sí mismo: se entregó por completo al propósito de Dios en su vida. Y el resto lo conocemos en el Livro de Hechos y en las epístolas escritas por él.
¿A dónde quiero llegar con todo esto? A que veamos la parábola de los talentos en Mateus 25.14-29.
Un talento era una medida de peso monetario que oscilaba entre 30 y 24 Kilos, y era la mayor unidad de su tipo. Cuando vemos en la parábola al hombre entregando talentos, vemos que él entrega grandes sumas de dinero para inversión, o sea, para multiplicación de los mismos que generen un beneficio para aquel que lo dio, o sea, el beneficio primario no era para los poseedores del talento; sino para aquel que realmente era el dueño de los mismos.
Cada persona que recibió el talento tenía la obligación de multiplicarlos para su dueño. El talento no era de él, pero estaba obligado a desarrollarlo e invertirlo.
Voy a ser más claro: aquello que las personas dicen que es tú potencial, tienes que reconocer que no lo es. Es de Dios, Él te lo dio para que lo uses para Gloria de Su Nombre. El potencial que Dios te dio no es para que sea negligenciado, en realidad es para que sea usado sabiamente, desarrollado e que rinda frutos para vida.
Estamos a las puertas de un nuevo año, en realidad cada día que pasa es una nueva oportunidad de Dios para nosotros: de ser de bendición para otros, de dar nuestra vida para Dios y Su Reino, de edificar y construir vidas y relaciones, de restaurar y sanar, de multiplicar y sumar. Las preguntas que deberíamos hacernos pudieran ser las siguientes:
¿Quiero ser como aquel hombre que escondió el talento recibido? ¿Voy a ser descuidado con lo que Dios me dio?
Que Dios nos ayude a ser fieles
Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel. (1Co 4:2)
Firmes y constantes
Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano. (1Co 15:58)
Para que en este nuevo año nos quitemos el rótulo de "prospectos" y seamos verdaderas realidades para Gloria de Nuestro Dios.
Un Feliz 2013 a todos.

Comentarios