Las cosas simples...

Hay un dicho muy común en nuestras tierras que dice "Dios trabaja por senderos misteriosos", y es una paráfrasis de lo que Dios le dijo al pueblo de Israel por medio del profeta Isaías: "porque vuestros pensamientos no son mis pensamientos, y vuestros caminos no son mis caminos, ha dicho el Señor Dios Todopoderoso" (Isaías 55). He escuchado muchas aplicaciones de este texto, la gran mayoría en sentido negativo ("nada te sale bien porque tus pensamientos no son los pensamientos de Dios", etc), pero hoy quiero mostrar un hecho positivo.
En nuestro país está realizandose un censo poblacional, esto es normal y sucede cada 10 años, ayuda mucho a trazar un proyecto de nación a largo plazo además que ayuda en cuanto a planificación, análisis histórico del movimiento migratorio interno y externo, y ofrece datos de la mejora o deterioro de los productos y servicios públicos y privados. En los principios de la historia el censo tenía - entre otras cosas - fines militares y económicos: con cuántas personas cuenta el Rey para una batalla, y quiénes pueden contribuir a los impuestos de una nación.
Roma tenía su sistema de censos, con la particularidad que las personas debían empadronarse en sus ciudades de origen, y no dónde residían.
Ahora, piense en las consecuencias de un dictamen de ese calibre en el tiempo actual, ¿se imagina a aquellos que viven fuera del país y necesiten venir para empadronarse?, ¿y si no tienen los recursos?, ¿si está en un trabajo que le impide regresar?, ¿si no está de vacaciones?, ¿si está incomunicado o perdió el último vuelo de la temporada?, y así podremos pensar en lo difícil que sería hoy cumplir semejante ley, sin embargo así era en el tiempo de Roma.
¿Las implicaciones del censo de Roma? fácil, cuando fue publicado un edicto de Roma donde todo el mundo debía ser empadronado en su ciudad natal, cierto hombre llamado José tuvo que ir hasta su Belén natal para registrarse junto con su mujer, María, y así cumplir la ordenanza imperial. El resultado: se cumplió una de las profecías más hermosas del Antiguo Testamento: en la ciudad de David nació el Salvador: Jesús Cristo el Señor.
Un evento que aparentemente tenía un fin específico, fue orquestado por Dios para el cumplimiento de Sus propósitos, lo que para muchos podía ser un traslado caro, o una aparente pérdida de tiempo, fue el medio usado por Dios para que dos personas recorrieran la nación y se cumpliera lo que Dios había establecido en Sus planes eternos.
A veces vemos nuestra vida desde el punto de vista negativo, objetamos lo que nos pasa y nos quejamos de lo que vemos; eso es normal y lógico porque muchas veces vemos lo que no queremos y vivimos lo que no nos gusta. Sin embargo, para aquellos que aman a Dios, que son hijos de Dios, limpios por la sangre derramada del Señor Jesús, cuyos nombres están inscritos en el Libro de la Vida, que una vez arrepentidos de sus pecados han experimentado el perdón de los mismos por medio de Jesús, dice la Biblia que "todas las cosas le ayudan a bien" (Romanos 8). La Biblia dice que son a aquellos que aman a Dios, y si leemos ese capítulo completo, nos damos cuenta que es para los hijos de Dios que le aman y le sirven, que no viven conforme a sus deleites egoístas, sino que el deleite de ellos es hacer la voluntad de Su Padre.
Cuando las cosas pequeñas o simples de la vida te golpeen y te hagan llevar a donde no quieras ir, recuerda tu condición y pregúntate "¿soy un hijo de Dios?", si tu respuesta es un claro, convincente, y bíblico "Sí", entonces lo que me resta por decir es: Ánimo, porque Dios no se ha olvidado de tí.
Dios es el mismo que viste a la flores y sustenta las aves del cielo, es el mismo que hace salir el Sol sobre malos y buenos, y trae la lluvia sobre justos e injustos. Si él opera así con todos, ten la seguridad que no te dejará ni te desamparará.
Las cosas simples de la vida nos enseñan que Dios está en el control Soberano y Absoluto de nuestras vidas, Alabemos su Nombre por Su bondad, amor y misericordia reflejado en todo lo que vivimos, aún en nuestras desgracias y conflictos.
Que Dios te bendiga

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