La ya fallecida cantante Celia Cruz llegó a decir que la vida es un Carnaval, porque las penas se van cantando. Una expresión que invita a la persona a buscar la alegria en medio del dolor, sin embargo sabemos que el dolor y la tristeza no se ocultan para siempre: podemos ahogar las penas en la música, la danza, el alcohol, las drogas, deportes, comidas, salidas y muchas otras más, pero ellas siempre regresan así como la marea regresa después de la resaca de la ola.
No podemos esperar que ocultar el dolor es señal de cura, o esperar que el tiempo cure las heridas. Las heridas se curan con tratamiento, no con esperar que se curen solas, si no ellas se profundizan y complican la salud del organismo. Participar de una fiesta, embriagarse, salir para buscar relacionarse con otros para intentar olvidarse de los problemas es como darle aspirina a una persona que sufre una infección: la fiebre baja, pero la causa del problema no ha sido resuelta, hace falta que el médico ofrezca el tratamiento correcto para restablecer el organismo.
Jesús fue muy claro cuando dijo que Él vino para traer cura al enfermo (Marcos 2.17), y que todos los que estén cargados y cansados pueden depositar sus cargas en Él (Mateo 11.28-30). No debemos intentar olvidarnos de los problemas, ellos siempre regresarán. Pero si tenemos un encuentro verdadero con Cristo, ahi sí podremos disfrutar de Paz verdadera, una paz que es experimentada en medio de las angustias y problemas de este mundo.
João 14:27 La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.Paz no es ausencia de problemas, es disfrutar del cuidado de Dios en medio de las tempestades. Pensar que Dios te va a quitar todos los problemas y dolores es mentira, porque vivimos en un mundo pecador, y el dolor es parte de nuestra realidad. Pero cuando colocamos toda nuestra confianza en el Señor Jesús, entendemos que Él cuidará de nosotros.
João 16:33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tenéis tribulación; pero confiad, yo he vencido al mundo.Y cómo no citar ahora a David con este texto del Salmo 23
Salmos 23:4 Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo; tu vara y tu cayado me infunden aliento.La vida no es un Carnaval (a menos que quieras vivir con máscaras que oculten tu propia realidad), pero en Cristo podemos ver su cuidado amoroso cada día, aún en los momentos más dificiles de nuestra existencia.
Descansa en Dios.
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